Una noche iba caminando
por un callejón oscuro, solo, rodeado por paredes estrechas que las farolas no
alcanzaban a iluminar. Hacía frío y me dolía el estómago. Había bebido
demasiado o demasiado poco. Un sabor extraño me picaba en los labios. De
repente, noté que un peso se desprendía de mí, rebotaba contra el suelo y se
introducía en un cubo de basura. No volví a saber de ella.
Me gusta como el micro te lleva de la mano hasta el desenlace, pero al final me quedo desconcertado, no se si era una rata la que picaba tus labios ò una metáfora sobre la vergüenza. Estoy espeso de compresión este año, serán los mazapanes que atropellan mi panículo adiposo....
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hola, Fus. Quién si no tú para escribir el primer comentario de 2013 :) No estás espesa, el microrrelato lo deja todo en el aire. Aunque no estaba pensando en una rata cuando escribí esa frase... tal vez en una mujer.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Breve pero intenso. He pensado que lo que va a la basura podría ser la dignidad o un recuerdo querido, pero no se si rebotan contra el suelo. De cualquier forma es mejor dejarlo a la imaginación. Gracias por estas líneas.
ResponderEliminarUn saludo
Coincido contigo, Luis. Tan importante es lo que se escribe como lo que se omite y queda a la libre interpretación del lector.
ResponderEliminar¡Saludos!
La grandeza del microrrelato es que, aquello de lo que se desprende el protagonista, lo decide el propio lector según sus experiencias personales. Al final, lector y protagonista coinciden en un mismo ser.
ResponderEliminarPuedes desprenderte de las ataduras de la vida, que te obligan a proseguir por una senda estrecha con poca posibilidad de acción: del lastre de la esposa que no amas, de los problemas familiares que no te importan, del trabajo que odias y de las personas que te profesan una amistad interesada. Así, se sale del callejón y se respira libertad.
Enhórabuena por el microrrelato, amigo.
Un abrazo.
Muy acertado tu comentario, Francisco. Mi idea del relato era narrar la pérdida de la vergüenza, pero me alegra que otros lectores le encuentren diferentes significados.
ResponderEliminarAbrazos
De acuerdo con el amigo Palacios, un buen microrrelato da para todo y este lo es, porque yo me imaginé el alma abandonando el cuerpo de este desesperado. Que este año esté lleno de éxitos. Saludos.
ResponderEliminarA menor cantidad de texto, más libre y variada es la interpretación, no cabe duda. Gracias por tu comentario, Garla, yo también te deseo lo mejor para el 2013.
ResponderEliminar¡Saludos afectuosos!
Cosas de internet me han traído hasta aquí y ya me quedo me gusta lo que leo.
ResponderEliminarInvitado quedas a mi blog y a quedarte por allí a rtatitos, si ves algo interesante.
Te persigo.