martes, 28 de febrero de 2012

Anexo al diccionario


Aquí propongo una lista de palabras que la RAE podría añadir en sus próximas versiones. Yo creo que quedarían mejor que otras expresiones como "asín":


Conover: ver por primera vez a una persona a la que ya se conoce

Horrorífico: horror digno de mérito, por ser complicado de alcanzar 

Eufemistas: los que crean, popularizan o defienden el uso de eufemismos   

Desnoviar: seducir a una persona hasta lograr que olvide la existencia de su pareja

Palabricida: autor de genocidios contra su propia lengua

Digresor: aficionado a las digresiones 

Mediocrizar: convertir en mediocre lo que antes era bueno

Faltear: cometer infracciones en un deporte

Posimista: el que considera posible lo positivo, sin darlo por hecho como haría un optimista

Engrisecer: volver gris lo que antes era de vivos colores  

Ojeable: que se puede mirar

Pesadillear: sufrir una pesadilla

Reputizar: dar buena reputación de un modo artificioso

Reaperecer: volver a morir tras una reencarnación

Cascaor: artista del chismorreo

Sañador: aquel que abusa con furor de alguien

Antibiográfico: aquel que se inventa su biografía o que odia las biografías, en especial la suya

lunes, 20 de febrero de 2012

Inaugurada la primera escuela de mendigos






Hoy se ha puesto en marcha la primera escuela para mendigos en la Calle Real de Madrid. El Gobierno, además, pretende ampliar esta iniciativa al resto de capitales europeas. Según el ministro de Educación “los mendigos son trabajadores que merecen una buena instrucción”, al igual que los demás ciudadanos. También considera que la fundación de este centro es la mejor prueba de que “hemos dado carpetazo a la crisis” y de que el Estado se ocupa de todo el mundo, incluso de quienes se burlan de él.

En la escuela se enseñarán a los indigentes los métodos más apropiados para causar pena y recibir mayores donativos de los transeúntes. El director será Cristopher Abraham Octopus, famoso por ser el primer mendigo millonario del mundo. En la rueda de prensa celebrada en La Moncloa ha declarado que “se puede ganar hasta cincuenta veces más en una hora” manejando bien la expresión corporal, el tono de la voz y los letreros suplicantes, entre otros recursos. Octopus ha revelado que la primera lección versará sobre la vestimenta. Ha desaconsejado que los mendigos vistan con modelos de alta costura, como él suele hacer los fines de semana, puesto que se trata de una “técnica difícil”, y no exenta de riesgos.

La oposición ha manifestado sus dudas acerca del modo en que se llevarán a cabo las clases y del éxito de la iniciativa gubernamental. Según su líder “era más necesaria una escuela para holgazanes y corruptos”, a los que agruparía porque “la corrupción es una forma más de holgazanería”.

lunes, 6 de febrero de 2012

Sobre la genética y el aprendizaje



El otro día vi un documental bastante interesante en el que se comentaba la evolución de las especies y la evolución del lenguaje (que tienen mucho que ver, ya que los idiomas también deben adaptarse para sobrevivir). En el documental se hablaba del “egoísmo subyacente”, que camuflaría una actitud aparentemente altruista cuya verdadera razón es obtener mayor reconocimiento social. Esto favorece al individuo y le permite, por ejemplo, aumentar sus posibilidades de dejar descendencia.



Ahora bien, muchas personas no se guían por el instinto de la reproducción, e incluso renuncian a tener hijos para dedicarse por entero a actividades artísticas, científicas, etcétera. Desde mi punto de vista, la evolución del cerebro humano nos ha vuelto incomprensibles para nosotros mismos. Conservamos el instinto de supervivencia, pero algunos deciden ser poetas pudiendo ser empresarios; eligen una vida más difícil por cultivar actividades que les parecen más interesantes y atractivas.



A menudo las decisiones que tomamos carecen de lógica, si se analizan solo desde la razón. Los sentimientos y las percepciones subjetivas nos mueven de una manera que no es fácil determinar. Desarrollamos actitudes que parecen injustificables, considerando que provenimos de un origen evolutivo común y que ninguna otra especie actúa de manera tan azarosa, tan volátil, tan autodestructiva en ocasiones.



Uno de los aspectos sobre los que suelo reflexionar es el grado en que los genes marcan nuestra vida. Hace poco leí que en unas decenas de individuos de chimpancés existe mayor diversidad genética que en todos los seres humanos del mundo. Sin embargo, no cabe duda de que los chimpancés se comportan de un modo muy similar, si se les compara con las diferencias culturales de las distintas civilizaciones. Por otro lado, he leído entrevistas a científicos e investigadores de la genética que aseguran que cada vez se descubren nuevas implicaciones de los caracteres heredados. En resumidas cuentas, que cuanto mejor se conoce el genoma, más se sabe acerca del profundo influjo que ejerce sobre la personalidad y las potencialidades del individuo.



Es probable que la verdad se halle en un indefinido e indefinible término medio. En cualquier caso, dado que no podemos elegir los genes, haríamos bien en estimular el aprendizaje, para el que nuestro cerebro está muy bien dotado. Es esta capacidad la que nos distingue de las otras especies y la que distingue a cada persona. Después de todo, el destino del ser humano es el conocimiento, en tanto que nuestro cerebro es consecuencia de una evolución de millones de años que nos ha preparado para comprender mejor el entorno que nos rodea.