jueves, 24 de noviembre de 2011

De profesión, soñadora


Su vida no era un sueño, ni soñaba la vida, ni cumplía sus sueños. Pero estos eran su trabajo, su comida, su patrimonio. La primera vez que tuvo un sueño literario era apenas una adolescente. Al despertarse recordaba hasta el más ínfimo detalle de las desventuradas vivencias de Adolfo el Roncador, un personaje cuyos ronquidos agrietaban las barreras del tiempo y lo trasladaban a una nueva dimensión. La historia le había despertado tales emociones que no pudo resistir el impulso de escribirla nada más levantarse de la cama.

Pocos años después, la novela de Adolfo el Roncador se convirtió en una de las obras más vendidas en nuestro país. Concedió numerosas entrevistas, pero jamás reveló su secreto. Explicaba sus logros en el trabajo diario, la corrección incansable, la lectura voraz. Jamás pensó en concederle ningún mérito a sus ensoñaciones. Al fin y al cabo le pertenecían y podía explotarlas hasta la extenuación.

Al principio los sueños no protestaron. Volvieron a emerger de ellos personajes fabulosos e historias rebosantes de originalidad. Escribía por la mañana y consagraba la tarde al tiempo libre. Pero, justo cuando su nueva historia llegaba al clímax, notó que se hacían cada vez más difusos. Le costaba mucho recordarlos, olvidaba escenas importantes y confundía los conflictos de los protagonistas. El nerviosismo la agarrotó y el insomnio se convirtió en una tortura. Dormía poco y mal y no soñaba nada.
 
 
Por fin había despertado.  

jueves, 17 de noviembre de 2011

Novedades




Escribo esta entrada para hacer algunos anuncios. En primer lugar, confirmo que el evento de la entrega de premios del Concurso de Literatura Joven se realizará el 14 de diciembre en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza, a las 19:00 horas. La entrada es pública y será un placer saludar a quien pueda y quiera acudir. Para ese día ya estará disponible el libro en El Corte Inglés y espero haber recibido un buen número de ejemplares, que regalaré gustoso.

Por otro lado, he decidido crearme una página de autor en Facebook. Allí iré informando de mis publicaciones y de las noticias que surjan en torno a mi actividad literaria. Este es el enlace: http://www.facebook.com/pages/Carlos-Alberto-Gamissans-L%C3%B3pez/204043799671935#!/pages/Carlos-Alberto-Gamissans-L%C3%B3pez/204043799671935?sk=wall
Por último, os dejo la entrevista que me hizo Verónica Crespo en la radio de La Almunia. Hablamos de temas diversos, de realidades y ficciones sin ánimo de dividirlas. Comienza a partir del minuto 30:30. Para llegar hasta ese momento hay que esperar a que se cargue al 100% y después desplazar el cursor rojo: http://www.goear.com/listen/a916fac/entrevista-en-radio-almunia-ninguno

Saludos a todos y gracias por vuestro interés.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El entierro de la tristeza


La cámara de Aragón Televisión parecía una bazuca que expulsara la pesadumbre a mucha distancia del Pequeño Teatro de los Libros. Allí se celebró el pasado jueves la presentación de Despedida de Tristeza, un libro de cuentos escrito por Jorge Gonzalvo e ilustrado por Cecilia Varela. En el centro del escenario había un hombre con cuya emoción era difícil no empatizar, casi abrumado por el público que rebasaba ampliamente el número de butacas de la librería. Fernando Rivarés lo presentó como un artista y definió la obra como “un poema ilustrado”. A la derecha del autor, Ester Sebastián, de Lóguez Ediciones, leyó una carta de Cecilia Varela, en la que comentaba la dificultad de ilustrar un libro en que la tristeza se convierte en ausencia, en sentido inverso al habitual.

Cuando intervino Jorge Gonzalvo lo hizo de un modo algo inesperado, mencionando en primer lugar su anterior obra Te regalo un cuento. Después la introdujo en un sobre y comenzó a hablar de la tristeza de un modo alegre, con una sonrisa en los labios. Conjeturó acerca de las innumerables formas que este sentimiento puede asumir en la mente de una persona. Luego abrió el pequeño libro y mostró las ilustraciones de Cecilia: árboles, barcos y un pájaro en la portada que expresan “el vacío” que la tristeza deja en el corazón humano y que, con sus relatos, aspira a expulsar para siempre.

Un ambiente cálido se respiraba en el Pequeño Teatro de los Libros, enmarcado por un amplio telón, lleno de volúmenes situados en muebles circulares y con un escenario musical detrás de Jorge, Fernando y Ester. Todos los elementos contribuían a borrar cualquier distancia entre las diferentes disciplinas artísticas. Para finalizar la presentación, el grupo zaragozano La ley, del cual forma parte Jorge Gonzalvo como bajista, se puso a los mandos de los instrumentos. Interpretaron con buen tino canciones propias y de maestros como Silvio Rodríguez. Después ya solo quedaba celebrarlo con una copa de vino, pues no hay tristeza que se resista a una reunión de camaradas, aderezada con buena música y con la compañía protectora de los libros.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Escucha


La música es la más universal de todas las artes.

La magia de las notas suscita amores inesperados,

provoca destellos de excitación,

levanta el vuelo ciego de la fantasía,

armoniza espíritus quebrados por las palabras.



Sonido de la esperanza, acompañante generosa,

lumbre del silencio, indómita viajera,

es la gota que acaricia el bramido del volcán.

Sin ella, serían improbables las súbitas transformaciones del ánimo

 y perecerían muchas certezas inasibles.



Cuando se degusta una melodía inmortal,

es como si la naturaleza hablara con gracia divina.

Quizá no exista más orden en el universo,

quizá no exista belleza tan diáfana ni creación tan sublime

como la música que bulle, rompiendo muros.