viernes, 8 de noviembre de 2013

Poeta contra poeta


¡Oh, qué versos tan tristes y tan bellos!

No cabe duda, leyéndolos:

la mujer que te abandonó,

poeta,

era pérfida como la parca,

más traicionera que el fuego

que avivó solo para que te abrasaras.

 

Ah, pero nos falta el testimonio

del otro lado de la cama.

¿Será tu amor tan puro,

tu dolor tan inmerecido

como el poema que escribiste

procura demostrar…?

 

Permite que lo dude,

poeta.

Conozco a los de tu calaña,

pues entre ellos me encuentro.

Y sé que usamos las palabras

con motivaciones insospechadas.

 

 Poemas preciosos se escribieron

desde el rencor más egoísta;

metáforas supremas nacieron de cloacas sentimentales.

Presuntuoso poeta,

déjame decirte que, muchas veces,

tus propios versos no mereces.

2 comentarios:

  1. Buena pregunta, sera que puede demostrar que fue la alevosía quien socavó su interior y desperto su ego herido por el desamor ? Hermoso escrito, felicidades!!

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  2. Me alegro de que te gustaran estos versos que escribí con un deje de culpabilidad. ¡Un abrazo y gracias por tu comentario!

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