sábado, 9 de julio de 2011

No me olvides


Nunca quise saber dónde habita el olvido. Uno ignora la forma que escoge para cubrirte. Uno no reconoce la bruma invisible con que te ata. Tal vez uno solo percibe, en un momento de un día, quizá en casa de nadie o en la suya propia, o tal vez rodeado de almas, que la suya se ha apagado, ha optado por desvanecerse y precipitarse colina abajo, donde habita el olvido. Porque este no puede ser cosa elevada del espíritu. No puede esconderse entre las nubes ni jugar con los astros. Se esconde dentro de uno mismo y germina como una flor demente que no huele sino a carroña, que no tiene sino una sola y monstruosa cara de fúnebres pétalos. El olvido es un tobogán de ceniza que sabe todavía a fuego; un descenso sin freno ni arnés, una caída sin fin hacia la nada; un rey que todo lo convierte en cero.

Es tan corto el amor y es tan largo el olvido… que se burla el tiempo del primero y se asocia con el segundo, en una alianza sin beneficiarios. Es tan abrumador el peso del olvido y tan leve el alivio del amor… Tanto es así que a veces desearía olvidar el amor y amar el olvido, amarlo para siempre y olvidar el sufrimiento. Mas no puedo. Quizá en eso consista el paraíso.

Pero lo más terrible del olvido es que es definitivo. No es brizna pasajera ni espiga viajera. Es lo único que cabe en la definición de eterno. Puede acecharnos, siempre hambriento, impulsado por un subterráneo viento. Puede perseguirnos en los sueños para transformarlos en miedo.

¿Y cómo puede uno ocultarse de ese demonio de mil cuerpos, de ese ejército de melancolía? No cabe defensa alguna porque al final todo se olvida, todas las personas y todas las cosas, todos los recuerdos y todos los sucesos. Todo lo que sentiste se deshace mientras se rememora y se convierte en nostalgia, sentimiento persistente que se adhiere con un pegamento invencible a determinadas almas. Es una barrera cuyos pinchos, que uno mismo planta sin darse cuenta, se estrechan lentamente, cercando el futuro. Pero la nostalgia es necesaria, pues perece un mundo, un pueblo, una mujer, un hombre, un árbol, cuando no queda ni un motivo para recordarlo.

¿Cómo no acabar yaciendo junto al olvido, durante más días de los que tienen los años? ¿Cómo evitar su abrazo, siempre amargo? No tengo la respuesta. Pero escúchame bien, Olvido, dondequiera que estés (y estás en todas partes). Escúchame bien, porque esta frase es por y para ti: te juro que pienso luchar cada día de mi vida contra tu embrujo, contra tu filtro de desamor y tu veneno lento administrado en dosis negras. Porque no temo a la muerte; te temo a ti, pero soy valiente.

13 comentarios:

  1. Es cierto, tras el olvido, nada queda, todo se diluye, desapareciendo en negruras. Horrible pensarlo, ser consciente de ello...!

    Como tú dices muy bien: "definitivo tobogán de ceniza...!"

    Un gran abrazo, Carlos onironauta.

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  2. El olvida nos asusta mucho, en gran medida porque uno puede sentirse olvidado incluso en vida, no ya después de morir (junto a la vida cesan las preocupaciones). En cualquier caso, debo reconocer que este texto lo escribí hace años, supongo que en un momento de excitación romántica. Ser olvidado una vez muerto también tiene sus ventajas, por ejemplo evita que personas ajenas revuelvan tu recuerdo para fines innobles.

    Un abrazo

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  3. HOLA, CARLOS. ¡QUÉ BUEN TEXTO! MÁS TEMIBLE ES EL OLVIDO Q' LA MUERTE.. SI NO TE IMPORTA, VOY A SENTARME EN LA PLATEA DE TUS SEGUIDORES PARA PODER VER MÁS DE CERCA LO Q’ TIENES PARA DECIR ..

    P.D. EL PRÓXIMO 31 DE OCTUBRE TE ESPERO EN “EL HECHIZO” ;)
    SALUDOS..

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  4. Gracias, Jose. Siempre he pensado que la muerte en sí no es temible, solo el proceso que nos conduce a ella. Yo también visitaré tu espacio y estaré atento a tus publicaciones.

    Saludos

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  5. Prosa poética, basada en un poema de Pablo Neruda; buena fuente en la que beber.
    Escribes muy bien, te lo digo como profesora de Literatura. Ánimo, pues.
    Un abrazo

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  6. Lo mismo digo querido amigo, es un placer leerte, no decaigas y adelante, un abrazo.

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  7. Gracias por vuestras palabras, es un honor recibirlas de personas tan versadas en el mundo de las letras.

    Abrazos

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  8. Hola...
    Me gusto leerte, hacerse preguntas con respuestas imposible es un buen modo de crecer como ser humano.
    Te seguire visitando...
    Gracias por dejar huella de tu paso por mi blog.
    Reme.

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  9. Hola Reme, bienvenida al blog. La verdad es que las preguntas retóricas son una de mis debilidades, para bien o para mal.
    Un cordial saludo y ya seguiremos leyéndonos.

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  10. Muy interesante. Fue un gusto visitarte. Que tengas un buen día. Te envío un cálido saludo.

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  11. Escribes muy bien, muy natural. Me gusta tu estilo. De los textos que he leído por encima en esta primera página de tu blog (no he tenido tiempo de mucho más por ahora) este ha sido el elegido para ser reseñado.

    El final me parece genial!

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  12. El olvido es tedioso y repugnante. Aún más en estos casos. El olvido no es más que una faceta de la vida, algo por lo que todos debemos atravesar, cual flecha a un enemigo.

    ¡Excelente escrito!

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  13. Excelente, Carlos... Bello desde lo literario, profundo desde la razón.

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