La cámara de Aragón Televisión parecía una  bazuca que expulsara la pesadumbre a mucha distancia del Pequeño Teatro de los  Libros. Allí se celebró el pasado jueves la  presentación de Despedida de Tristeza, un libro de cuentos escrito por Jorge  Gonzalvo e ilustrado por Cecilia Varela. En el centro del escenario había un  hombre con cuya emoción era difícil no empatizar, casi abrumado por el público  que rebasaba ampliamente el número de butacas de la librería. Fernando Rivarés  lo presentó como un artista y definió la obra como “un poema ilustrado”. A la  derecha del autor, Ester Sebastián, de Lóguez Ediciones, leyó una carta de  Cecilia Varela, en la que comentaba la dificultad de ilustrar un libro en que la  tristeza se convierte en ausencia, en sentido inverso al habitual. 
Cuando intervino Jorge Gonzalvo lo hizo de un  modo algo inesperado, mencionando en primer lugar su anterior obra Te regalo un  cuento. Después la introdujo en un sobre y comenzó a hablar de la tristeza de un  modo alegre, con una sonrisa en los labios. Conjeturó acerca de las innumerables  formas que este sentimiento puede asumir en la mente de una persona. Luego abrió  el pequeño libro y mostró las ilustraciones de Cecilia: árboles, barcos y un  pájaro en la portada que expresan “el vacío” que la tristeza deja en el corazón  humano y que, con sus relatos, aspira a expulsar para siempre. 
Un ambiente cálido se respiraba en el Pequeño  Teatro de los Libros, enmarcado por un amplio telón, lleno de volúmenes situados  en muebles circulares y con un escenario musical detrás de Jorge, Fernando y  Ester. Todos los elementos contribuían a borrar cualquier distancia entre las  diferentes disciplinas artísticas. Para finalizar la presentación, el grupo  zaragozano La ley, del cual forma parte Jorge Gonzalvo como bajista, se puso a  los mandos de los instrumentos. Interpretaron con buen tino canciones propias y  de maestros como Silvio Rodríguez. Después ya solo quedaba celebrarlo con una  copa de vino, pues no hay tristeza que se resista a una reunión de camaradas,  aderezada con buena música y con la compañía protectora de los libros. 
 
 
Este tipo de entradas te honra, amigo Carlos. Huyes del egocentrismo que domina a algunos escritores en ciernes, y apartas a un lado tus (magníficas) creaciones para hablar de las ajenas. Además, lo haces de manera muy muy sugerente, pues consigues recrear una atmósfera atrayente, casi familiar, trasnportándonos a los lectores a esa presentación en la que, adivino, se respiraba arte, desde el estrado con el autor, y desde el público con asistentes como tú.
ResponderEliminarUn abrazo.
Francisco
Espero seguir publicando alguna entrada de este tipo, es algo muy agradable para mí. Siempre he defendido que los escritores se deben ayudar los unos a los otros. Creo que hay lugar para todos.
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco, y gracias por ser un comentarista tan fiel.
Hola, soy la chica del blog: http://elchicodelsombreromagico.blogspot.com/ He visto que me has empezado a seguir y demás y me ha picado la curiosidad por ver tu blog, lo poquito que he visto está muy bien. Me gusta mucho como escribes por lo tanto te sigo en el blog, en twitter y te agrego a Facebook. Espero que sigas escribiendo porque lo haces muy bien. Un saludo!^^
ResponderEliminarMe alegro de que te gustara lo que leíste, a mí me ocurrió lo mismo con tu blog. Será un placer estar conectados.
ResponderEliminar¡Saludos!