martes, 23 de junio de 2015

Entrevista a la periodista Alba Muñoz (y promoción gratuita de mi novela)

 
Os traigo una promoción especial de mi novela Desconexión. Hasta el viernes se podrá adquirir el e-book completamente GRATIS. La vida de Ricardo, un joven enganchado a Internet, dará un vuelco cuando la Red deje de funcionar en todo el mundo por causas desconocidas. A partir de entonces iniciará un viaje en busca de su propio destino que le llevará, entre otras cosas, a descubrir el mundo de la literatura y a indagar en los porqués de la desconexión. Descarga el e-book gratis (o, si lo prefieres, compra el libro en papel): 
 
Como no quiero convertir el blog en un monólogo sobre mis escritos,  también publico esta entrevista que realicé hace pocos días a la periodista Alba Muñoz para la revista PliegoSuelto. Espero que disfrutéis tanto leyéndola como yo empapándome de sus artículos.
 
Alba Muñoz (Barcelona, 1985) es periodista. Ha trabajado como freelance para 20 Minutos, La Vanguardia, El Mundo, FronteraD y actualmente es redactora en PlayGround Magazine. Fruto de sus viajes por países en situación de conflicto está preparando Ónix, una investigación periodística sobre el tráfico de mujeres en Bosnia, en la que pretende aunar su compromiso social y su pasión por el periodismo narrativo. En esta entrevista reflexiona sobre el status quo de los medios de comunicación en la era digital, la crisis, la precariedad laboral, el 15-M y la transformación del mapa político en España tras las elecciones del pasado 24 de mayo.
 
En tus artículos se aprecia una pulsión de periodista comprometida y crítica con el modelo de sociedad en que vivimos, así como la voluntad de dar voz a quienes no pueden hacerse oír en los medios tradicionales. ¿Qué papel crees que debe jugar el periodismo para contribuir a la transformación de la sociedad?
 
Aunque ahora lo llamamos “contenidos”, el periodismo sigue jugando un gran papel en la sociedad. Leemos más historias que antes, cuando no usábamos tanto los ordenadores ni el móvil: antes de levantarnos, en el baño, en el ascensor. Y no solamente las que actualizan nuestros contactos, sino esas noticias e historias que saben mordernos las pestañas. Si encima no nos mienten o decepcionan, puede que hasta las compartamos con los demás. Y si hacemos eso, puede que un asunto que al poder le interesa evitar se vuelva un enorme tema de conversación. El potencial transformador del periodismo es enorme, incluso a pesar de que los principales canales de distribución, como Facebook, sean empresas privadas que pueden ahogarnos e imponernos una censura. Los quioscos no hacían eso. Es cierto que la transición digital trae consigo montañas de basura, competencia, precariedad, ruido. Es cierto que hay sensacionalismo y emocionalismo. El periodismo solo es uno más en una enorme piscina llena de cosas entretenidas como vídeos caseros, de memes, campañas publicitarias que parecen documentales. Pero para una buena cantidad de gente los relatos forman parte de la dieta diaria. Y eso es una buenísima noticia para quien quiera leer.  El periodismo tampoco ha cambiado su vocación de influenciar, de transformar la sociedad. Cada medio en una dirección distinta y opuesta.
 
Sigo distinguiendo entre dos grandes clases de contenidos en la sociedad de la información: noticias e historias. Las primeras son la materia prima, el peritaje básico de la actualidad, los datos disponibles. Las veo más como un servicio o derecho fundamental que como un valor periodístico en sí mismo. Estamos en un momento en que la información bruta ha perdido pedigrí, no su valor. Con esto quiero decir que un post puede ser mucho más influyente que una noticia, pero el primero necesita inevitablemente a la segunda. Por su parte, las historias (reportajes, vídeos, posts, ficciones, el formato es indiferente) buscan plantear preguntas, digerir y abordar lo que sucede a nuestro alrededor de una forma mucho más atrevida y sin complejos. A veces hasta buscan la acción directa y se convierten en textos activistas. Pues bien, considero a ambas categorías imprescindibles, pero las segundas tienen más posibilidades de influir en la sociedad. La gente las busca.
 
El periodismo atraviesa una época de crisis más allá de la coyuntura económica. Los medios tradicionales ya no responden a los intereses de gran parte del público. ¿Cuáles son las causas de este descrédito y las esperanzas de porvenir para la profesión?
 
Los medios tradicionales están en crisis, pero en España su crisis no es solamente económica. De hecho, viene de antes del crash. Es una crisis de modelo, de creatividad, de ambición, de respeto por el lector y por el servicio a la sociedad. Es decir, de humildad, valores y de ganas.  Algunos están arañando la mesa, intentando resistir y ser sostenibles, pero lo están consiguiendo tanto como el bipartidismo en este país. No están sabiendo conectar con los que deberían ser sus nuevos votantes, digo lectores.
 
Y ojo, que en los medios más zafios hay gente valiosísima que no naufragará con ellos. Porque es la estructura la que hace aguas, los privilegios, los mitos decrépitos y los sueldazos de directivo. Y una relación pestilente y bochornosa con el poder económico y político. La crisis vino cuando los directivos de algunos medios decidieron rellenar sus cabeceras con información mediocre para seguir cobrando de sus amigos ricos (los anunciantes daban más dinero que la credibilidad o el interés del público). Pero hay que decir que el malo de la película es Internet. Diría que hay cúpulas mediáticas que apuestan por un status quo y que se inyectarán todo el botox necesario para aparentar juventud. Otros quieren ir más allá, aceptan un nuevo panorama desértico y cruel. Evidentemente, la segunda opción es la más inestable, precaria y voraz. Los de la cirugía se hundirán lentamente, los segundos se estamparán o abrirán un nuevo y arduo camino de futuro.
 
El periodista debe volver a ganarse el pan. Y eso significa querer servir para algo. También debe admitir errores, posición, reconocer a una ciudadanía soberana, escrutadora e informada. Y no aspirar a grandes tribunas paternalistas. La receta, para mí, es saber combinar el rigor periodístico con la ambición y la valentía creativa. Puedes renovarte sin sacrificar tus valores éticos y deontológicos, es divertido. Si no te gusta, puedes dejar paso a todos los jóvenes que esperan.
 
Yo creo que el nuevo consumidor de información, entre los que me incluyo, es un poco esquizofrénico: no aceptamos que nos digan cómo pensar, que nos sermoneen, por eso los editoriales nos parecen tan graciosos, son como viejecitos furiosos que agitan un periódico enrollado. Eso sí, queremos confiar en alguien. No en un medio, sí en un periodista. Como los japoneses, que son fans de los futbolistas y no de los equipos. Ansiamos una mano que nos lleve de parranda por el mundo. Que nos informe, que nos haga pensar y hasta nos entretenga.
Un día sin periodistas sería un descanso, pero creo que nos aburriríamos antes de lo que imaginamos.
 
Junto con Carme Riera fundaste en 2011 The Reset Project, una herramienta que pretende potenciar el trabajo de los periodistas independientes. Habéis publicado seis ediciones hasta la fecha. ¿Está previsto seguir adelante con el proyecto o se halla suspendido por el momento? 
 
Está parado y offline. Actualmente paso muchas horas en la redacción de PlayGround Magazine. Reset fue la manera que un grupo de jóvenes encontramos de repensar de forma crítica el periodismo. Estábamos cansados de lecciones medievales sobre la épica del reportero para luego llegar a las redacciones y ver que aquello era una agencia de seguros. Se nos decía una cosa y en todos lados se hacía otra. Todo estaba lleno de dinosaurios que no querían nuestras ideas y que no nos iban a dejar una herencia de empleo digno.
 
Así que Reset fue un harakiri constructivo, una forma de dejar de mentirnos y de empezar a pensar como comunidad independiente y no como competidores; como generación profesional, y ayudarnos los unos a los otros. Si compartíamos tantas ideas y deseos, ¿por qué estábamos malgastando nuestras fuerzas en convertirnos en becarios de medios que no nos representaban y ni siquiera consumíamos? No estábamos equivocados por aburrirnos con sus contenidos. Ellos eran los equivocados.
 
Sigo creyendo en la cooperación entre periodistas independientes para fundar medios, plataformas, artefactos mediáticos, pero es importante que cualquier proyecto sea algo profesional y no voluntario. Hay que comer.
 
También estás trabajando en Ónix, una investigación periodística sobre el tráfico de mujeres en Bosnia. Pudimos leer un capítulo en el libro Crónica y mirada (2014), coordinado por María Angulo. ¿Cómo está siendo la experiencia de escribirlo y cuán avanzada está su gestación? 
 
Ónix es el proyecto más importante de mi vida, una investigación periodística novelada. Digamos que fue un reportaje que se me fue de las manos y me intoxicó, trastocando mi vida y mi relación de pareja. Las cosas que descubrí sobre mi misma, sobre las mujeres, adquirieron una importancia brutal, decidí que tenían que formar parte del relato. Eran, igualmente, un gran descubrimiento.
 
Ónix es un feto no nacido. Lo llevo dentro y solo espero encontrar un claro en mis días para poder parirlo como se merece.
 
La primera crónica tuya que leí formaba parte del libro Las voces del 15-M (2011).  Alguna vez has declarado que este movimiento supuso una revolución en tu vida. A raíz del 15-M han cristalizado nuevos partidos políticos. ¿Cómo valoras la evolución del movimiento?
 
Estoy contenta y emocionada por el asalto a las instituciones. Es terapéutico, millones de personas necesitábamos decirnos que es posible echar a los mafiosos, oligarcas y a los inútiles de ahí. El 15-M sirvió para decirnos que no estamos locos, y que somos un montón. Que ese primer asalto lo hayan protagonizado mujeres como Ada Colau y Manuela Carmena también significa mucho: sus modos de hacer, de pensar y comunicarse no tienen nada que ver con el estilo de los profesionales. Son inteligentísimas, poderosas y dignas, poseen trayectorias brutales, tienen ganas de cuidar a la gente y la sensación es increíble. Así de poco acostumbrados estamos a mamá Estado. Hay que seguir siendo críticos, vigilantes, exigentes, y los movimientos sociales organizados y no organizados deben seguir sorprendiendo y dando caña. Eso sí, que la impaciencia no nos convierta en seres injustos.
 
Tus intereses no se concentran solo en la escritura sino que también abarcan la fotografía, el video y la ilustración. ¿Consideras que un periodista de hoy debe ser capaz de expresarse en diferentes formatos? 
 
No es imprescindible. Siempre es mejor saber hacer muchas cosas, comunicarse de muchas maneras. Está claro que tener competencias visuales es un añadido en el periodismo digital, igual que saber de gestión de redes sociales y programación. Aunque es mejor saber hacer bien una sola cosa, como escribir y contar buenas historias. El discurso del emprendedor todoterreno, del periodista orquesta, esconde a menudo explotación laboral y autoexplotación.
 
He leído en Internet algunos relatos tuyos de ficción. ¿Has pensado escribir en el futuro una novela o libro de cuentos, o prefieres centrarte en el periodismo narrativo?
 
Recientemente he escrito varias ficciones en PlayGround, como este cuento sobre la migración en Europa. Estamos descubriendo que este género sirve para plantear cuestiones de una forma mucho más incisiva que un reportaje, sobre todo a sectores jóvenes que repelen ciertos análisis muy concienzudos de la realidad. A menudo estos se parecen más a informes sobre el estado de una cuestión, son difíciles de consumir, no movilizan. Temas importantes se quedan sin lectores y eso no puede ser. La ficción es una herramienta genial para plantear ciertos debates sociales, para insertarlos en la piel de la gente. La verdad es que me gustaría escribir muchas cosas, desde cuentos infantiles hasta novela negra. No sé si tengo muchos registros, pero me divierten muchas formas de relato. Eso sí, el periodismo narrativo, la crónica, encarna uno de los retos más importantes para mí. Truman Capote me dio un tremendo tortazo cuando le leí por primera vez hace muchos años. Y tengo pendiente mi primera aportación en forma de libro.
 
Finalmente, ¿qué proyectos tienes por delante?
 
Mi principal ambición es trabajar para un periodismo riguroso y atractivo al mismo tiempo, y poder compatibilizar ese trabajo con mi vida ahí fuera, que es donde se agazapan las historias. Además de terminar mi libro Ónix, espero poder retomar mis viajes y seguir viviendo experiencias fuertes que alimenten mis textos y mi pensamiento. Espero poder seguir disfrutando de este oficio, que es la escuela más divertida y apasionante del mundo.

martes, 16 de junio de 2015

¡Gran fin de semana en la Feria del Libro!


Vivir desde dentro la Feria del Libro en Calatayud ha sido una experiencia magnífica. Infinitas gracias a los amigos y lectores que os habéis interesado por mi novela Desconexión y en general a todos los que habéis visitado las casetas. De verdad que hace mucha ilusión : ) Además he podido conversar con escritores contrastados como Juan Bolea, José Verón Gormaz, Oscar Sipán o Esteban Navarro y también con otros debutantes en la Feria a los que habrá que seguir muy de cerca, como Jorge Torres Quilez y Ricardo Ramos Rodríguez. Confío en que el próximo año volvamos a coincidir con nuevas obras bajo el brazo.  

El sábado no acompañó la climatología, pero el domingo salió un día espléndido que aproveché para realizar una breve presentación junto a Ricardo Ramos, autor de Las sombras del Imperio. Como ya ocurriera en mayo he vendido hasta el último ejemplar, así que desde el punto de vista comercial también me siento muy satisfecho. Estoy dando mucho trabajo a la imprenta de Amazon y pronto voy a encargarles otra remesa. Si alguien tiene interés en la novela que me lo haga saber y se la reservo, aunque también se puede comprar directamente aquí.

Por otro lado, me están llegando unas cuantas opiniones de quienes ya han terminado el libro. El final genera reacciones diversas, quizá porque preferí dejarlo un poco abierto. Hay lectores que me sugieren que escriba una continuación, algo que por el momento no me planteo, ya que estoy enfrascado en una novela de temática diferente. Pero nunca digas “de este argumento no tiraré”… de hecho, en uno de mis últimos cuentos aparece un personaje que guarda similitudes con Ricardo (el adicto a Internet que narra y protagoniza Desconexión).
 
Os dejo algunas imágenes de la Feria y un breve video de mi presentación:



 




 

jueves, 11 de junio de 2015

¡Feria del Libro, allá voy!

Las fechas de la Feria del Libro siempre han estado marcadas en mi calendario. Por unos días los libros toman las calles de las ciudades españolas y se convierten en protagonistas de la actividad social. Todos los años me encanta visitar las casetas para charlar con escritores, editores y libreros, comprar algún ejemplar o simplemente pasear entre ellos y disfrutar su compañía. Así he conocido en persona a varios autores cuyas obras me habían impactado y he podido intercambiar impresiones con los protagonistas del sector.
 
Ya en la edición de 2012 vi mi primer libro, Juicio a un escritor, expuesto en una caseta por haber sido premiado en un concurso literario destinado a jóvenes escritores aragoneses. Pero esta vez va a ser la primera en la que realmente participe como autor en la Feria, con mi reciente novela Desconexión (donde planteo el apocalipsis de la sociedad digital en que nos hallamos inmersos). Firmaré ejemplares en el Paseo Cortes de Aragón, en Calatayud, en los siguientes horarios: el sábado de 11 a 14 horas y de 17 a 21 y el domingo de 11 a 14 horas.

Me siento muy ilusionado por esta oportunidad, que me permitirá llevar de nuevo mi novela a la calle después del éxito que supuso la presentación del pasado 15 de mayo. Debo agradecérsela a la infatigable labor en fomento de la lectura de la Biblioteca Baltasar Gracián, que ha facilitado un espacio para autores independientes. Así, firmaré libros junto al escritor y empresario Jorge Torres Quilez durante todo el fin de semana. Además el domingo, a las 13:30 horas, presentaré mi novela en compañía de otro autor bilbilitano que viene pisando fuerte, Ricardo Ramos. En el programa podéis ver en detalle las actividades previstas. Contaremos con la presencia de autores tan consagrados como Juan Bolea, José Luis Corral, José Verón Gormaz y Esteban Navarro (este último es uno de los precursores de la Generación Kindle, el grupo de escritores que nos autopublicamos en Amazon). Es un placer y un honor contarme entre ellos.
 
¡Ya tengo ganas de que llegue el sábado! Si os apetece pasar a saludarme, prometo recibiros con una gran sonrisa (y si compráis la novela tal vez os deleite con una sonora carcajada o un baile improvisado :D ). Para los que vivís lejos de Calatayud, os recuerdo que Desconexión puede adquirirse tanto en formato digital como en papel, en el siguiente enlace: SÉ QUE LO DESEAS 

;)

jueves, 4 de junio de 2015

Debuto en la Feria del Libro con "Desconexión" mientras ya trabajo en una nueva novela




En la última entrada os comenté (con la cautela que siempre requieren estas cosas) que había empezado a escribir una nueva novela. 10.000 palabras después puedo decir que he alcanzado velocidad de crucero. Ya tengo una idea clara de la historia que quiero contar y de la estructura del relato. El personaje principal es un periodista (todavía joven, aunque mayor que yo) que atraviesa una profunda crisis personal. Esta crisis se manifiesta de diversas formas, desde pesadillas hasta aguijonazos de nostalgia por los buenos momentos que le ha dado la profesión y que, acaso, nunca se repitan.

En la novela se superponen dos dimensiones distintas: por un lado la noche de insomnio del personaje, cuya exploración me servirá para adentrarme en el mundo de los sueños. Algunos recordarán que este espacio se llamó Blog de un onironauta por un largo periodo. Los onironautas son, en su más sencilla definición, aquellas personas capaces de ejercer cierto control sobre sus sueños. El protagonista fue un onironauta en su primera juventud, pero ahora sus sueños se han rebelado contra él. Ha perdido su maestría respecto a ellos, al igual que ha perdido el norte de su vida. Fenómenos como los falsos despertares, el insomnio y las pesadillas jugarán un papel importante en la trama.   

La segunda dimensión de la historia la compondrán los flashback en los que se narra el pasado del personaje: su ascensión, apogeo y caída. Mi intención no es describirlo de modo exhaustivo, sino a través de algunos momentos clave. El lector ideal será aquel que complete los huecos en su imaginación. 

Por ahora no voy a daros más información, esto es solo para ir creando hype :D  Más adelante compartiré algunos fragmentos de la novela como hice con Desconexión. Los comentarios que vertisteis entonces me resultaron muy valiosos para pulir aspectos importantes, así que me gustaría repetir la experiencia (si vosotros queréis, claro está; yo os agradeceré cualquier aportación).

Me siento feliz de andar ya deshaciendo la trama de una nueva historia, aunque soy consciente de que todavía falta mucho para que se materialicen en forma de libro. Mientras tanto voy a continuar la promoción de Desconexión. Estoy recibiendo estímulos muy positivos que me reafirman en la creencia de haber escogido un momento oportuno para su publicación. La presentación resultó incluso mejor de lo esperado, varios medios de comunicación han recogido el lanzamiento de la novela (el último El Periódico de Aragón, como podéis comprobar en la imagen), he recibido reseñas favorables en Amazon y comentarios de varios lectores felicitándome tanto en persona como en las redes sociales

Todo ello me ha animado a participar en la Feria del Libro (que hasta ahora solo había vivido desde la perspectiva del lector) como autor independiente. Los días 13 y 14 de junio (sábado y domingo) estaré en Calatayud firmando ejemplares de Desconexión junto a otros compañeros escritores que se han lanzado a la aventura de la autopublicación. Aquellos que me habéis comentado que no pudisteis acudir a la presentación tenéis una segunda oportunidad de adquirir la novela en entorno presencial, y yo tendré la oportunidad de poner cara a mis lectores. Porque, a pesar de los avances que nos proporciona la Red, que por fortuna no se ha desvanecido como ocurre en la novela, nada sustituye la magia de la Feria del Libro. Me hace una enorme ilusión formar parte de ella y espero encontrarme con caras conocidas, tanto entre los lectores como entre los autores. Os confirmaré el lugar y los horarios de la celebración en cuanto los conozca.   

Abrazos varios (y literarios)

martes, 19 de mayo de 2015

Presentación superada: mi novela ya vuela (o planea) en la mente de sus lectores

 
Estoy muy contento por cómo marchó la presentación de mi novela "Desconexión" el pasado viernes en la Biblioteca Municipal de Calatayud. Gracias a todos los que vinisteis, a los que habéis comprado el libro y a los que enviasteis mensajes de apoyo estos días. Mi agradecimiento también para José Manuel Aranda, Blanca Langa y José Verón Gormaz, que ejercieron de maestros de ceremonias y me dedicaron amables palabras; se nota que han leído la novela con cariño.
 
Mañana volveré a Barcelona con energías renovadas, por no decir con un chute de adrenalina muy fuerte, y con el deseo aún más firme de seguir escribiendo. Espero que en el futuro haya más presentaciones, pero siempre recordaré la primera como un día muy especial; algo comparable a la emoción que sentí cuando por primera vez tuve entre las manos un libro que había contribuido a crear.
 
La Biblioteca Municipal fue un marco magnífico para el evento. Casi me sentí abrumado ante la cola que se formó al acabar la presentación para que firmara libros. Apenas me quedaron ejemplares, pero hoy me han llegado más para poder dárselos a los interesados. De todas maneras, os recuerdo que Desconexión se puede adquirir en Amazon tanto en formato digital como en papel, a gusto del consumidor y a precios asequibles. Espero que la novela, en la que se plantea qué consecuencias tendría para la sociedad la súbita desaparición de Internet, responda a vuestras expectativas y que, en cualquier caso, me deis vuestras opiniones.
 
Aunque voy a continuar con la promoción de la novela, ya tengo la vista puesta en otros proyectos literarios. Solo con lo que he escrito después de Desconexión dispongo de material suficiente para un segundo libro de relatos. Además, tal vez me plantee reeditar el primero, Juicio a un escritor, que salió publicado en 2012 en una edición a cargo del gobierno aragonés, pero que hoy en día resulta bastante difícil de encontrar. Y no solo eso. He comenzado una nueva historia que conecta el mundo de los sueños, que siempre me ha parecido fascinante, con el del periodismo (que también lo es, pese a que la profesión atraviese un periodo de incertidumbre para los profesionales). Creo que puede convertirse en una novela corta, aunque aún no estoy seguro porque con el asunto de la presentación me ha costado concentrarme y hasta ahora solo he escrito unas pocas páginas. A medida que avance os daré más detalles, tanto de esta novela en ciernes como de los relatos que tengo intención de publicar (probablemente de nuevo en Amazon, pues estoy bastante satisfecho con sus servicios, aunque no me cierro a la posibilidad de publicar con una editorial). 
 
Y por el momento eso es todo. Una vez más, gracias por alentarme a seguir escribiendo y por interesaros en mi actividad literaria. ¡Nos leemos!    
 
 

jueves, 14 de mayo de 2015

¡Mañana es el Día de Desconexión!

 
 
¡Mañana es el Día de Desconexión! Presentaré mi novela en la Biblioteca Municipal Baltasar Gracián (Calle Sancho y Gil, 19), a las 19:30 horas. Estoy muy contento porque van a acompañarme el poeta José Verón Gormaz, a quien entrevisté el pasado verano, la también poeta Blanca Langa y José Manuel Aranda, alcalde de Calatayud. Con su presencia seguro que no me faltará apoyo. Confío, además, en que los bilbilitanos que alguna vez han confesado leer este blog hagan acto de presencia :)
 
En la Biblioteca han presentado muy buenos autores en los últimos meses. Espero no desentonar y que no se noten en exceso los nervios de un debutante en estas lides. Ayer tuve el placer de firmar los primeros ejemplares, que estarán disponibles en la sección de autores locales de la Biblioteca. ¡Da un poco de vértigo ver tu novela al lado de obras de Marcial o Baltasar Gracián!
 
También me alegra que algunos medios estén haciéndose eco del lanzamiento de Desconexión. El pasado domingo intervine en el programa de la Cadena SER de Catalunya Tot és comèdia, magazine de cultura del fin de semana, contando un esbozo de su argumento.  Aquí podéis escucharlo. Además, la revista Zero Grados ha publicado una reseña por la que también me siento muy agradecido. En ella se dice que "la novela no solo nos hará pensar sobre nuestra relación con Internet y el grado de dependencia que tenemos de ella; también sobre lo difícil que es contar historias y la importancia de ser honesto con uno mismo y con el lector".
 
A los que podáis venir os espero mañana a las 19:30 en la Biblioteca. A los que no, ya os contaré cómo ha ido el evento en el blog y en las redes sociales. Si vivís lejos pero queréis leer el libro, sabed que está disponible en Amazon tanto en formato digital como en papel, a gusto del consumidor y a precios ajustados.  
 
¡Un abrazo!
 
 
 

 

jueves, 7 de mayo de 2015

Odio los selfies



El peor invento de la humanidad no es la bomba atómica ni la dinamita ni los sudokus. Son los selfies. Ya no me caben dudas. Nada nos ha perjudicado tanto como esta horrible moda que se extiende en todos los confines del mundo ¿civilizado? No me considero partidario de la pena de muerte, con una excepción: al tipejo que los pusiera en boga habría que fusilarlo sin juicio.
Hay algunos que tratan de encontrarle explicación al fenómeno. No la hay, salvo que somos estúpidos y siempre lo seremos sin importar cuán “inteligentes” se vuelvan los aparatos que fabricamos. Vivimos en una sociedad individualista en que la responsabilidad del fracaso la asume por completo la persona que lo sufre (que igual solo ha tenido la mala suerte de vivir en un contexto donde las posibilidades de fracasar son inmensas). Con escasas excepciones, incluso el altruista espera que la ley del karma o la gracia divina termine por compensar sus sacrificios y buenas acciones. Primero vemos lo que nos dice el corazón, luego escuchamos a la cabeza, a continuación consultamos nuestro estómago o nuestro pie derecho. Después de conocer la opinión de la uña del meñique, acaso nos preguntamos qué consecuencias tendrán para los demás nuestras egoístas decisiones. 
Pero viajamos mucho, eso sí, casi siempre sin saber por qué ni adónde vamos realmente. También pasamos largas horas en las redes sociales, por lo general dedicados a tonterías como subir selfies u observar los de otros y hasta decir que nos gustan (esto debería acarrear pena de cárcel). En general, nos gusta hacer el ganso y presumir de ello. Entre unas cosas y otras, millones de fotos que nunca deberían haberse tomado (y menos aún publicado) bailotean en más perfiles de los que podamos imaginar. Hemos llegado a un punto en que ya no hay ni que moverse de la cama para hacerse una autofoto y compartirla de inmediato en todas partes.  
¿Alguien se ha parado a analizar las consecuencias? Antes, cuando ibas a un bar o discoteca, podías acercarte a las chicas guapas y pedirles que sacaran una foto del grupo para, a continuación y como quien no quiere la cosa, mezclarse con ellas y animar una interacción que podía acabar de infinitas maneras. Antes, los turistas se veían obligados a solicitar que les hicieran una foto juntos, lo que implicaba que al menos intercambiaban dos palabras con la población autóctona (sé de una pareja que se conoció así y están casados y con tres hijos y parece que se aman, a juzgar por los selfies que comparten en Facebook).
Nada de esto resulta ya factible. El otro día intenté pedir a dos suecas que me fotografiaran en un sitio turístico y me dijeron que me hiciera un puto selfie. ¿Vale la pena vivir en un mundo así? Creo que aún podría acostumbrarme, pero la existencia se vuelve demasiado cuesta arriba con la llegada de los palos. Al principio eran un tanto exóticos, pero ahora todos los selfiemaníacos los tienen, contribuyendo a extender la moda a unos niveles imposibles de contener. La plaga ha llegado hasta la Casa Blanca.
Cualquier momento es bueno para sacar el móvil o la tablet y autofotografiarse, incluso poniendo en riesgo la propia vida. Con el tiempo, estoy convencido de que este despropósito supondrá la primera causa de mortandad en el mundo. Ni siquiera los monos, con su ancestral sabiduría, pueden contenerse. El día que empiecen los gatos creo que Internet colapsará como en mi novela.
Selfie de un macaco. Se discuten los derechos de autor
¿Cuál es tu relación con los selfies? Espera, no te pongas a escribir todavía. Antes, una advertencia: nunca censuro comentarios, pero si alguien defiende este horripilante vicio me veré obligado a coartar su derecho a la libertad de expresión. Porque hay líneas que no deben ser traspasadas. Puedes integrarte en un grupo neonazi, consumir drogas duras o engancharte a telenovelas mexicanas. No desesperes, tiene arreglo. Pero desde el instante en que no concibes la vida sin autofotos, tu cerebro inicia un camino imparable hacia la autodestrucción.