miércoles, 28 de diciembre de 2011

Despedida fugaz


En la última entrada del 2011 os muestro una página del libro que ya tengo en mis manos y publico el primer relato que aparece en él. Aunque a muchos os lo regalaré, os recuerdo que estará disponible a partir de enero en El Corte Inglés de Zaragoza y en la página web del Instituto Aragonés de la Juventud.

Os agradezco el tiempo que habéis dedicado a leerme y a comentar mis textos; espero que el año 2012 sea mejor que el que termina en todos los sentidos. Yo prometo seguir escribiendo con mayor entusiasmo si cabe. Ya he revisado la mayor parte de mi novela y confío en que esté lista dentro de pocos meses. Seguiremos compartiendo literatura en este y otros espacios de la red, pues la fuerza de las letras sobrepasa cualquier tipo de frontera.


¡Feliz año a todos!   


Un examen muy revelador



Faltaban apenas unos minutos. Otra vez tendría que enfrentarse al examen cuya reválida no se acababa ni se aliviaba nunca. Intuía que las oportunidades para aprobar no eran infinitas, pero también que no se podía conocer cuántas le restaban. Lo único evidente era que, año tras año, iba quedándose más solo. Algunos de sus amigos (los menos) ya habían superado la prueba en sus años de instituto, otros lo lograron durante su periplo universitario o de formación superior y los más rezagados lo consiguieron con posterioridad a sus estudios.

Entró en la Sala del Examen guiado por unas flechas dibujadas en el suelo. En aquella ocasión se encontraba en un parvulario. Aunque siempre tenía el mismo aspecto, la Sala del Examen nunca se hallaba en el mismo sitio. Su ubicación no se conocía hasta unas horas antes de la prueba. Cómo se trasladaba de un lugar a otro, no se sabía: formaba parte del misticismo de la evaluación.

La Sala del Examen era un espacio cerrado de paredes blancas, lisas, con carteles marrones que ponían “prohibido tocar”. Sin embargo, el techo de la estancia era rojo carmesí, con dibujos negros de geometría absurda; figuras cuadradas coronadas por un triángulo o rectángulos que se iban cerrando sobre sí mismos hasta replegarse en un círculo. El suelo asomaba color carne, como una piscina inocente.

Debía afrontar la prueba en solitario. El silencio que se respiraba era inaguantable, como si todo el ruido de la ciudad se hubiese disipado, y todas las voces, los coches e incluso el aire se hubieran detenido para observarle. Suspiró y empezó a avanzar con precaución hacia el folio que habían dejado sobre una mesa añil, sin silla que la acompañase, en el centro de la sala. Antes de coger el papel trató de serenarse. Aquello no podía resultar tan difícil, si lo analizaba bien. La pregunta del examen siempre se repetía y, además, las respuestas correctas eran infinitas. ¿Cómo demonios no podía hallar siquiera una contestación salvadora?

Suspiró de nuevo, sacó un bolígrafo del bolsillo del pantalón con los dedos temblorosos y agarró el papel. El folio amarillento, mal reciclado, tenía un tacto áspero y un tufillo a sudor. Quizá esa misma hoja se había empleado antes para otros muchos examinados que no lograron responder. Él mismo empezó a sudar y el bolígrafo se le escapó de entre los dedos. Sin recuperarlo leyó la pregunta, escrita con tinta roja: ¿Qué quieres hacer con tu vida? Dejó el folio en la mesa con la suavidad de la derrota. Una vez más, no tenía respuesta.     

viernes, 23 de diciembre de 2011

Sobriedad etílica



El arte por el arte es una frase en balde,

como todas las frases que no son más que frases.

El verdadero arte está libre de la injusta vara de medir

de lo que comúnmente se denomina Realidad y Verdad.

Ya solo por eso se justifican tantos fiascos y fantasías.



La realidad desafía cada día nuestra credulidad.

La literatura desafía a la realidad,

la interroga, la pone en el banquillo de los acusados,

la tortura para que hable si es necesario. 



Para ello no le importa tirarse faroles.

No es ella quien puede perder su libertad.

Somos nosotros los que nos jugamos algo.

Es nuestra la decisión de abrir o cerrar los ojos.



Pero no avancemos demasiado deprisa.

El riesgo de olvidarse a uno mismo por el camino

sería demasiado grande.

Bebamos un trago.



El alcohol solo es una solución temporal.

La muerte es la causa y la solución

de todos los problemas,

el veneno y el remedio definitivos.



Contengamos la ansiedad por saber todas las respuestas.

No hay prisa. Bebamos y vivamos.   

jueves, 15 de diciembre de 2011

¡Ya me han dado el premio!



El evento en el Museo Pablo Serrano fue breve. Estuvieron algunos representantes políticos, de la CAI y del Instituto Aragonés de la Juventud. Los ganadores de los distintos concursos, a los que aprovecho para felicitar, nos hicimos unas fotos (como la que podéis ver, que aparece hoy en el Periódico de Aragón) y recibimos un sobre valorado, en mi caso, en 2.500 euros.

Como es lógico, al tratarse de un museo el protagonismo recayó en los cuadros, fotografías y cómics que estaban expuestos, mientras que el libro pasó más inadvertido. De nuevo agradezco su presencia a los amigos que vinieron; lamento no haberles podido dar un libro a todos. Quizá no debía haberme comprometido tan directamente, pues no era algo que dependiera de mí. Sin embargo, en los próximos días os entregaré a todos un ejemplar algo más vistoso que el que llegó ayer, con la portada más realzada y una dedicatoria personal.

Sé que hay amigos que querían ir y que finalmente no pudieron por motivos más que justificados, y otros que viven en ciudades diferentes. Algo de imaginación tengo, así que no me costó nada “veros” entre el público y los flashes de las cámaras. Por supuesto también habrá un libro para ellos. El próximo martes iré a buscar los cincuenta que me corresponden y comenzaré a repartirlos con mucho gusto. Por otro lado, en los próximos días se publicarán en la página del Instituto Aragonés de la Juventud http://www.aragon.es/iaj los 16 relatos y la novela corta del ganador del segundo premio, Ángel José Martínez Longás, así que podrán leerse gratuitamente.

Gracias a todos por vuestras felicitaciones, por vuestro seguimiento y por vuestro afecto. ¡Nos leemos!       


martes, 6 de diciembre de 2011

Muerte a la muerte

¡A cuántos goces renuncian quienes aspiran a una gota en la memoria de hombres y mujeres de épocas distantes! ¡Qué irónica inmortalidad les confunde! ¿De qué placeres disfrutan en sus tumbas cuando se leen sus nombres? ¿Qué mota de polvo les hincha su pecho de huesos? ¿Sonríen, acaso, si alguien señala sus sarcófagos con el dedo de la indiferencia?
 
Y, sin embargo, cada emoción que suscitan sus obras es como un guiño del tiempo, un agujero de luz en el espacio. Tiene sentido cavar el hoyo de la inmortalidad, después de todo, pues existe una conciencia divina o humana, un hálito que recorre los siglos y remueve los cimientos de lo sublime, ensalzándolo por encima de lo vulgar.
 
Tan solo me entristece la certeza de que muchos milagros se han perdido, de que muchas historias se han olvidado. Mas, pese a todo, la fragua de la eternidad no se detiene nunca. Reverberan canciones en el eco de las piedras, se oyen poéticos silencios y una misteriosa nube continúa derramando la lluvia de la creación.   

jueves, 1 de diciembre de 2011

Mis frases


Aquí os dejo una selección de frases que he escrito, sin ánimo de competir con los grandes pensadores de la historia. Creo que son originales, aunque cabe la posibilidad de que haya robado sin querer ideas o palabras de otros. Al fin y al cabo todo texto es un intertexto y nunca se construye partiendo de la nada: 



El mayor enigma del ser humano es descubrir su propia personalidad.

Tenemos derecho a la vida y obligación de morir… ¿o es un derecho la muerte y una obligación vivir?

El hombre sonríe a menudo a sus recuerdos, creyendo que son los recuerdos los que le sonríen a él.

El alma puede viajar mucho sin moverse.

Dios es el partido político al que todos votamos en las elecciones de la muerte.

Quizá no tengo vocación de escritor, sino de escribirme.

El lenguaje debe ser florido, pero sin florituras.

Cuando un político dice “por coherencia” quiere decir por interés.

La invención es una cura para los malos recuerdos.

Es la muerte la que da valor a la vida.

Preferimos sufrir por amor antes que no amar, de la misma forma que preferimos la angustia de la vida a la tranquilidad de la muerte.

La obsesión del ser humano por perdurar tras su muerte es una de las mayores fuentes de su estupidez… y de su genialidad.

No hay nada que pueda volverse tan pesado como una conversación.

Dios no es necesario; sin embargo, el azar sí lo es.

Las letras son el material más duradero para construir el futuro.

Google es lo más parecido que existe a Dios. Él nos guía a través de la búsqueda eterna.

Casi todo lo que es real podría ser ficción y casi todo lo que es ficción podría ser real.

El arte, como la naturaleza, no necesita ser explicado, sino entendido.

El pasado nunca deja de crecer. Cada recuerdo ocupa un confín de tu mente. Si quieres creer que eres feliz, deberás escoger muy bien lo que olvidas.