jueves, 26 de marzo de 2015

Un grupo de enemigos de la tecnología destroza cientos de aparatos electrónicos


Decenas de hombres y mujeres se reunieron esta tarde en la plaza de España para realizar una estrafalaria protesta. En primer lugar colocaron cientos de ordenadores portátiles, móviles, tabletas, módems y otros aparatos tecnológicos en el centro de la plaza. A continuación un hombre maduro, calvo, fornido y de barba espesa, con aspecto y ademanes amenazantes, se subió a un banco con un altavoz para pronunciar un breve discurso.
Se hace llamar Mariano Rompepecés y es quien lleva la voz cantante en esta organización de neoluditas decididos a erradicar ordenadores y smartphones de nuestras vidas para “salvar a la humanidad de un destino trágico”, según explicó su líder.  Mariano cargó contra “las estupideces de la vida moderna” encarnadas en sus aparatos y ejemplificadas en la familia que se precipitó por un barranco para sacarse el mejor selfie posible.


Tras terminar su arenga, hizo sonar un tambor que resonó cual cuerno de guerra como símbolo del inicio de su cruzada. Era la señal que aguardaban los neoluditas para abalanzarse sobra las máquinas y destrozarlas con palas, martillos, bates de béisbol y otras herramientas destructivas. Una extraña coordinación, como si los manejaran por control remoto, parecía dirigir sus movimientos (lo que no impidió que algunos sufrieran heridas de carácter leve). Miles de microchips quedaron pulverizados en segundos y pedazos de cristal líquido saltaron en todas direcciones.

 
Pero los alborotadores aún no tenían suficiente. De carpetas y bolsas sacaron fotografías de símbolos o personajes importantes en la historia de Internet (retratos de sus impulsores captados en yates o playas paradisíacas, buscadores, navegadores, marcas de informática) y les prendieron fuego. Una columna de humo rasgó el aire mientras entonaban himnos indescifrables con la mano en el pecho. En su expresión latía, acaso, una reminiscencia del ensañamiento medieval contra la brujería.
Los neoluditas llevaban cubos de agua y extintores, pero aun así el fuego se descontroló, como si los símbolos de la Red se negaran a consumirse sin protestar. El tronco de uno de los ailantos que flanqueaba la avenida empezó a arder junto a la sonrisa de Mark Zuckerberg. Los gritos se redoblaron y el grupo se dispersó, temeroso de las llamas. El ruido alertó a la policía, que intervino para sofocar el incendio y detener a varios de los camorristas.
Carcasas de móvil aplastadas, teclas sueltas, pantallas destrozadas… ¿serán una metáfora del porvenir? Cada vez son más fuertes los rumores de que Internet está en grave peligro y que en los próximos meses podría producirse una desconexión global...

martes, 17 de marzo de 2015

Mi novela "Desconexión" ya está disponible en papel

¡Mi novela “Desconexión” ya está disponible en papel! La historia de Ricardo, un joven que vive más en Internet que en el mundo físico hasta que la red deja de funcionar por causas misteriosas, ya puede leerse tanto en digital como en formato tradicional. He quedado muy contento con la calidad del libro impreso (nada que objetar a los servicios gratuitos que ofrece CreateSpace, la filial de Amazon para estos menesteres). Por tanto he decidido ponerlo a la venta en todos los mercados disponibles. El libro en papel cuesta algo menos de seis euros. Tarda unos días en llegar porque lo imprimen en Estados Unidos y lo envían a domicilio. El precio final puede subir alrededor de un euro por los gastos de envío (Amazon te indica la cantidad exacta antes de confirmar el pedido).  Si os animáis a comprarlo, espero que disfrutéis con su lectura y que me deis vuestro feedback. De momento ya he recibido la primera reseña y me han puesto 4 estrellas sobre 5 (aunque también me han metido un poco de caña, lo cual agradezco).
 
Me siento emocionado al ver convertido en objeto físico lo que al principio no era más que un montón de palabras e ideas desparramadas en el portátil. He tratado de dar lo mejor de mí como escritor e incluso como editor de mi propia novela (os aseguro que ha sido un reto, también la segunda parte). En cierta medida, mi papel en esta historia concluye con la publicación del libro en ambos formatos. Ahora ha llegado vuestro momento. Vosotros, los lectores, tenéis la potestad de juzgar el resultado de mi trabajo.
 
A mí solo me queda continuar la labor de promoción (confío que sin resultar cargante ni vulgar), al tiempo que incubo ideas para próximas historias. Ya hay dos que me seducen por encima de las demás. Una de ellas creo que se convertirá en una novela corta y la otra, quizá, ocupe mayor extensión. Por ahora no son más que embriones de un hipotético universo ficcional. Pero confío en que algún día el lector pueda sumergirse en ellos como ya puede hacerlo con “Desconexión”.
 
También planeo reeditar mi primer libro de relatos, “Juicio a un escritor”, y publicar una segunda colección de cuentos que he ido perfilando durante el último año. Mientras tanto, procuraré seguir aprendiendo de la vida y de la escritura para brindaros historias que, ojalá, lleguen a emocionaros y a estimularos como lo ha hecho conmigo la obra de tantos escritores a los que me gustaría parecerme.  

viernes, 13 de marzo de 2015

Entrevista a David Barba: "El periodismo está recuperando su función de crítica social"


Aunque ha ejercido doce años la docencia universitaria, David Barba no encaja en el perfil del típico profesor. Profundamente crítico con los modelos educativos imperantes, sus intereses son muy amplios (el cine independiente, los tipos de personalidad, la novela negra, el mundo del porno, el sexo en España y la filosofía oriental son solo algunos de ellos). Cuando me dio clase sobre periodismo cultural en la Universidad Pompeu Fabra saltaba con agilidad de un asunto a otro y, si tenía algún guión, lo trituraba en los primeros compases de su discurso, siempre incisivo e irreverente. 
Dirige Ediciones La Llave, la editorial que fundó el psiquiatra chileno Claudio Naranjo, donde publica libros sobre psicología, filosofía y religión. O quizá simplemente sobre el ser humano: sus indescriptibles vaivenes y transformaciones. Fui a visitarlo a la sede de la editorial, que parece un remanso de paz en medio del frenesí barcelonés. Con un té encima de la mesa hablamos de más temas de los que puedo recordar, pero lo primero que le pregunté (escéptico por naturaleza) fue qué llave pretendían abrir los libros que publica. “La de la sabiduría”, me dijo sonriente, pero “entendida como algo más allá de la erudición”. Según David, no solemos buscarla “en el pozo de la conciencia, sino en lugares donde nos deslumbra el dinero, la fama o la seducción”.
La figura de Claudio Naranjo ha resultado decisiva para él en esa búsqueda siempre inconclusa. David Barba lo considera su “antimaestro”, alguien que no permite que le imites, “a veces severo” y con métodos de enseñanza “un poco violentos”. El psiquiatra chileno habla de la necesidad de revolucionar la conciencia, lo cual puede sonar maravilloso… o el inicio de la Tercera Guerra Mundial.

El mayor problema que aflige a los seres humanos es para David “el aplastamiento del animal interior”, siendo la cultura “el gran mecanismo represor de la instintividad”. Nos aterra la posibilidad de liberarnos porque se nos ha inculcado la idea de que los instintos son peligrosos y perversos; hay que mantenerlos siempre cerrados bajo llave en el sótano más profundo de la conciencia. Sin embargo, considera que la psicología contemporánea ha refutado las tesis más pesimistas de Freud acerca de la naturaleza humana. “Si no volviéramos locos a los niños en casa y en la escuela, sabrían regular por sí mismos sus emociones”, afirma. Como consecuencia de esa represión innecesaria “que es la razón de que exista y se multiplique la pornografía” padecemos una “crisis de civilización en que la gente joven ve el futuro de una manera distópica, casi ciberpunk. No vivimos en una sociedad compasiva ni cooperativa, sino competitiva hasta la estupidez”.
Comte-Sponville afirmaba que “el siglo XXI será espiritual y laico o no será”. David se muestra de acuerdo y se define como “un ateo espiritual”;  alguien que con los años ha pasado “de ser un idiota a un imbécil”, en el sentido griego del término, cuya etimología asocia la idiotez a pensar solo en sus propios intereses y la imbecilidad a vivir apoyándose en los demás. Respecto a pensadores actuales como el coreano Byung-Chul Han y el esloveno Slavoj Žižek, lamenta su aproximación "demasiado intelectual" a asuntos que merecen ser entendidos "desde la fenomenología". Encuentra más atinados a otros filósofos como Martin Buber, Iván Illich o el inagotable Friedrich Nietzsche.

Para sostener la civilización y evitar que se vaya a pique junto con todas nuestras creencias, David Barba considera esencial “encontrar un punto de equilibrio entre cultura y natura, ahora aplastada”. Reivindica el ejemplo de las tribus paleolíticas o de las que aún subsisten hoy día (por ejemplo en la Amazonia), cuyos miembros colaboran de manera altruista para asegurar el funcionamiento de la comunidad. Aunque en ocasiones experimenten conflictos, no se trata de “violencia estructural” como la que padecemos en nuestra sociedad. “Normalmente se les ve como como el ejemplo de la barbarie, pero en realidad nosotros somos los bárbaros”, pues vivimos en una civilización “que atenta contra la otredad y contra el eros”. 
Porque también el amor, en sus distintas gradaciones y matices, se halla en crisis en la sociedad contemporánea. Sin ánimo de convertirlas en disciplinas científicas, David es partidario de la meditación y de la terapia Gestalt por el potencial que poseen para ayudar a las personas. “Acallar los interminables porqués de la ciencia y admirarse de que existen cosas más grandes que uno mismo, como la naturaleza o el universo, ya es una forma de meditación”, asegura. Sin embargo, incluso este amor admirativo decae en Occidente, pues “nadie confía en nadie, y el mono loco de la mente lo empaña todo en nuestra cultura”.

En lo que sí confía el entrevistado es en la labor de algunos compañeros que han roto el status quo de los medios de comunicación con iniciativas como Público.es, Eldiario.es o X-net. En la época de bonanza económica “muchos periodistas estaban comprados”, pero ahora  “el periodismo está recuperando sus funciones de crítica social y política, que parecían haber dejado en manos de los escritores de ficción”. Entre estos últimos destaca a los maestros de la novela negra (de hecho organiza junto a Lorenzo Silva el Festival Getafe Negro sobre este género literario).
También considera esperanzador el auge de una nueva formación como Podemos que “ha reactivado el interés de la gente por la política”. Critica que algunos medios tradicionales estén realizando “propaganda de guerra” contra ellos,  al equiparar casos gravísimos de corrupción como las tarjetas Black con, por ejemplo, la concesión de una beca más o menos discutible, máxime cuando “la universidad española es el nepotismo más descarado que existe. Si no tienes un amigo que te recomiende, es casi imposible conseguir una plaza”, asegura.  

Terminamos la conversación, ya bien avanzada la mañana, hablando de nuestros libros más recientes. Él acaba de finalizar uno sobre el eneagrama de la personalidad, un sistema que clasifica a los seres humanos en nueve tipos básicos en función de su carácter. Dice que su grado de precisión es tan elevado que ha llegado a sospechar “que estamos hechos en serie”. Sin embargo, yo sigo sin imaginar en qué categoría podría etiquetarse a David Barba. 

lunes, 2 de marzo de 2015

Un adolescente se suicida porque su pareja no responde al whatsapp

 
 
17:56 -Vuelve conmigo, por favor.
17:56 -Todo ha sido culpa mía.
17:57 -Perdóname.
18:02 -Te quiero.
18:15 -Por favor, contesta.
18:16 -Te necesito.
18:29 -Si no me respondes voy a suicidarme.
18:29 -Te lo digo en serio.
18:30 -Sabes que soy capaz…
18:47 -Ya no puedo soportarlo más.
18:47 -Sin ti no quiero vivir.
18:55 -Siempre te querré.
18:55 –Adiós.
 

Esta es la secuencia de whatsapps que envió D. A, de 18 años,  a su ya ex novia M. L., de 16 (hemos corregido las faltas de ortografía y puntuación sin alterar el significado). La chica no leyó los mensajes hasta las 19:09, cuando él ya se había arrojado desde el balcón del noveno piso en que vivía, causándose la muerte instantánea. Su respuesta llegó demasiado tarde, aunque probablemente no habría aliviado el sufrimiento del suicida.
 
19:10 -Déjame en paz.
Al poco tiempo, sin embargo, agregó:
19:27 -A veces pienso que debería perdonarte pero no sé.
19:28- Dame una razón.
19:28 -Y no me vale la de siempre.
D.A. ya no podrá darle una razón a M.L. La investigación de la policía ha revelado que el joven estuvo aferrándose al móvil hasta el último momento en espera de una contestación. Antes de suicidarse estrelló el teléfono contra el suelo (milagrosamente, el smartphone no murió junto a su dueño).
Ni la madre de D.A. ni la ex novia han querido hacer declaraciones públicas, pero aun así reproducimos parte de su diálogo en casa de la progenitora, poco después de conocerse la tragedia  (para leer la conversación completa, solo tenéis que suscribiros a la versión de pago  por 0,99 € al día).
-Hija de puta, te voy a matar. Ya se lo dije a mi niño, que eras una mala puta.
-Se ha suicidado por tu culpa. A mí me quería y  ti te odiaba. Por algo será, gilipollas.
 
Ambas lloraban con desesperación mientras se tiraban del pelo e intentaban  morderse en las partes más dolorosas a su alcance. Por desgracia, la policía nos echó de la casa junto con las protagonistas de la riña. Tenía que ejecutar un desahucio contra la madre ese mismo día. Una vez reunidas las pruebas y habiéndose aclarado que se trataba de un suicidio, aprovecharon que estaban allí para expulsarlas sin mayores miramientos. Ya en la calle interrumpieron su pelea. En un inesperado arranque de cólera, se lanzaron contra el cámara que me acompañaba y un servidor, que tan solo procurábamos cumplir con nuestro trabajo y velar por el derecho a la información consagrado en la Constitución en alguno de sus invulnerables artículos. Destrozaron el costoso equipo de mi compañero e, incluso, le rompieron un diente. A mí, por fortuna, solo me hicieron sangrar la nariz.
La furia y el nerviosismo de las afectadas llegaron a tales extremos que, mientras intentábamos reponernos de sus agresiones, se arrojaron también contra los policías que habían ejecutado el desahucio. Los agentes se vieron obligados a llevarlas a comisaría e, imagino, aprovecharán para interrogarlas acerca del pobre chaval que se ha partido la crisma (probablemente porque entre las dos lo volvieron loco).  
Prometemos ampliar la información sobre el suceso con un reportaje fotográfico y entrevistas exclusivas en comisaría. Pero tened en cuenta, amigos, que esto es periodismo de alto riesgo, que acabamos de quedarnos sin cámara y no sé si habrá presupuesto para otra… así que solo podrá leer la investigación completa quien pague. Para suscribirse, seguid las indicaciones que aparecen en el siguiente enlace ...