miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Por qué escribir?



Dice Paul Auster en su autobiografía Memorias de Invierno que algo malo debe de haber en el alma de un hombre para que dedique su vida a escribir. Aquí pretendo explicar las razones personales que me empujan a emprender esta actividad, tan complicada como apasionante, y conocer las motivaciones de otros escritores y lectores.
 
Concibo la escritura como la única forma de recuperar algo que estaba oculto en mí, o de descubrir algo nuevo que ni siquiera sospechaba albergar en mi interior. Si no escribo siento que algo se pierde por el camino, creo que yo mismo. La escritura es la huella que dejo en el mundo (en mi mundo) de los pasos que doy, una huella que necesito contemplar si no quiero verme abocado a una total desorientación.

El acto de relectura viene a ser una forma de releer tu vida. Es como descifrar tu sombra trazada con símbolos y alegorías por una mano extraña que es la tuya, ya que describirse directamente a uno mismo sería demasiado crudo, además de fallido. Así pues, la escritura es sobre todo la manera de descubrirme, de que no me aburra nunca de mí, de sorprenderme cada día cuando me planto frente al ordenador. Valga como ejemplo este texto, que surgió de modo inesperado y sin ninguna premeditación, a partir de una lectura de Mario Bellatín que ni siquiera entraba en mis planes: Underwood Portátil  

El deseo de escribir es una pulsión interna irresistible que no creo que me abandone hasta la muerte o hasta la vejez, como parece que le ha ocurrido a Philip Roth, quien declaró haber perdido el “fanatismo” por la escritura que ha guiado su existencia, tortuosa como la de todos los escritores. La prueba de que esa pulsión no es pasajera es que no desaparece ni en los mejores ni en los peores momentos, lo que demuestra que no es un sustitutivo de nada sino esencial en sí mismo. Es como un latido que me recuerda que sigo viviendo y evolucionando a cada momento, con cada palabra.

Si he de ser sincero escribo en primer lugar para mí, ya desde niño cuando mis temas eran los libros de Harry Potter, los videojuegos de Final Fantasy o la Tercera Guerra Mundial. No concibo la escritura como un medio para un fin, ya sea el dinero, el reconocimiento social o cualquier otro motivo. Soy partidario de perderme en el laberinto de mis ficciones, como predicara Borges. Pero también necesito al lector para saber que ese descubrimiento que la escritura me releva interesa a alguien y puede ser compartido. 

Esta es la mejor explicación que soy capaz de dar sobre mi vocación literaria. Aquí se recopilan las respuestas de numerosos autores a  tan trascendental cuestión (o no): http://elpais.com/diario/2011/01/02/eps/1293953215_850215.html Se trata sin duda de una cuestión muy personal. ¿Y tú, por qué escribes? ¿O por qué te gusta leer lo que otros han escrito?

8 comentarios:

  1. Creo que alguna vez ya he comentado que yo, antes de aprender a escribir, dibujaba mis historias. Todas ellas trataban de aventurillas que tenía con mis hermanos, fíjate, que con 4 años me dibujaba conduciendo, por lo visto ya sabía que me iba a encantar pilotar. Pero ese no es el caso, como dices en tu texto, escribir es para mí un impulso que es imposible detener, cuando viene hay que atenderlo y punto, y si no puedo, soy insoportable. Y también me encanta leer lo que otros escriben, por supuesto, y me encanta porque me siento un poco ladrón, porque cuando leo a otros descubro sus más íntimos deseos, o los míos.

    Gran entrada amigo.

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  2. Me identifico con todo lo que dices, Dani, salvo en lo de dibujar (soy pésimo y no he progresado nada desde la primera infancia). Como comentas todo escritor es un poco un ladrón de experiencias ajenas, no hay casi ninguna historia, anécdota o conocimiento que no pueda aprovechar.

    ¡Un abrazo!

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  3. Dicen que la escritura es un medio de clarificación personal que ayuda mucho a consolidar la interioridad de uno mismo y yo no puedo estar más de acuerdo. Es útil para comprender quiénes somos y para recordarlo más adelante ver plasmadas nuestras inquietudes.
    Pero también escribir en otra vertiente más exterior, como es compartirlo con otros. Me entenderás cuando te hablo de escribir aquí en tu sitio y que otras personas te comenten.

    Buena reflexión!
    http://laleydelaveleta.blogspot.com.es/

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  4. Así es, Luis, cuando compartes un texto es como salir a la calle y enfrentarte al mundo en vez de quedarte tranquilo en casa. Tienes que defender lo escrito, mejorarlo, revisarlo, aprender de otros.

    ¡Un saludo y gracias por comentar!

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  5. Para mí escribir significa ser, porque los escritores no concebimos la vida sin ese arte. A mí me gusta crear y hay gente que lo hace a través de la música o la pintura, pero a mí me hace sentir libre hacerlo a través de las letras. Crear mundos, personajes, historias, darle la vuelta a planteamientos ya creados, a escenarios todavía no narrados o a caracteres extraños. Sí, dar la vuelta y experimentar. También me encanta cuando he terminado el borrador de un texto y mi siguiente labor es depurarlo, filtrarlo para que su conjunto sea la meta propuesta.

    Has nombrado a Philip Roth. Voy a copiar sus palabras textuales de hace algunos días con respecto a su retirada como escritor (que finalmente no era tal ya que prepara sus memorias): "escribir es frustración, una frustración diaria, por no decir una humillación". No quisiera terminar mi comentario con esta frase, pero solo decir que creo que es lo último que debería sentir un escritor de esas características.

    Un saludo
    María B.

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  6. Desde mi punto de vista, el acto de escribir tiene su naturaleza en la necesidad inherente de todo ser humano de dejar una huella impresa en el tiempo de su paso por esta vida. Seamos conscientes o no de ello, todo ser humano tiene un instinto primario, el de la supervivencia que, a diferencia del resto de animales, no se circunscribe solo a la vida física, sino a la perduración de nuestra memoria en el tiempo. Quien descubre esta necesidad, la traslada al área de lo material a través de distintas maneras de expresión artística.
    En mi caso particular, escribo para perdurar, para legar un bien único, como es un libro, a las siguientes generaciones. Además, escribo porque representa un reto, y no hay nada más gratificante que poner el punto y final a una historia, revisarla y decir: he sido capaz de crear.
    Un abrazo.

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  7. Muy cercana tu reflexión a la que pienso sobre ¿Por qué escribo? Hace tiempo escribí un artículo en respuesta a una reflexión de otro escritor amigo sobre este mismo tema.
    Suscribo casi todas las palabras que escribes en este post.
    Saludos.
    Salvador

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  8. Vuestras respuestas me parecen muy interesantes, más que las de algunos autores profesionales que acabo de incluir en el artículo. Las motivaciones pueden ser varias y evolucionar con el tiempo, pero el grito de una vocación se mantiene a lo largo del tiempo como una parte fundamental de la persona.

    Un abrazo a todos y gracias por enriquecer el blog con vuestras aportaciones.

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