lunes, 4 de julio de 2011

Guerra silenciosa


Las elegantes piezas del tablero,

nacidas para combatir entre ellas,

mueren si no luchan a muerte,

se devoran para demorar su fin.



Una batalla sin sangre, mas no sin drama:

así es el ajedrez.

Y el comandante es cruel:

no conoce otra ética que la de la victoria.



Los sacrificios forman parte del juego,

que analiza altivo y sudoroso.

Tan solo el tiempo, lluvia calcinante,

le acongoja con su pesado transcurrir.



Y cuando el triunfo o la derrota

(o las tablas sin ley ni pacto firme),

sobre el tablero extienden su metralla,

las piezas se entierran en sarcófagos,

sin el honor de una muerte heroica,

sin el alivio de un triunfo duradero.

9 comentarios:

  1. Entiendo, en mi hace tiempo que la penumbra venció a la luz, pero eso no significa que algún día ocurra lo contrario. Saludos :)

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  2. Estamos hechos de luces y sombras de infinitos matices. Lo que hoy parece oscuro, mañana puede tornarse luminoso. Lo que hoy nos atemoriza, quizá mañana nos cause risa. La vida sería aburrida si no se transformase con tanta facilidad.
    Saludos

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  3. Buena entrada y buenas reflexiones.
    Un abrazo.
    Francisco

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  4. Gracias, Francisco. El ajedrez me gusta porque requiere de lógica y de imaginación... igual que la literatura.

    Abrazos

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  5. Me resultan interesantísimas estas letras que exponen lo místico del juego del ajedrez. Del mismo modo denotamos nuestra vida, un tablero gigante de muchas batallas en las que a veces caemos vencidos sin la recompensa heroica.

    !Saludos!

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  6. Así es, Javier. Pero, aunque el poema tiene un tono más bien negativo, tanto en la vida como en el ajedrez existe la posibilidad de levantarse y jugar una nueva partida.

    Saludos y gracias por comentar.

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  7. Excelente y a lo que te dije en la Tertulia, ¿jugamos? jajajajajaja

    Me gusta cómo has planteado el tema, pero si me gustaría decir que la mayoría de las veces, en el ajedrez, la lógica no tiene un matiz fijo, es mas bien volatil.

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  8. Así es, una vez concluidas las aperturas hay que improvisar las distintas estrategias. Nunca sabes lo que va a depararte el juego. En cuanto a lo de jugar una partida, me parece buena idea, aunque reconozco que estoy bastante desentrenado.

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  9. Más de una vez me imaginé al Rey de mi bando girándose en el tablero e insultándome por ser tan pésimo conductor de sus tropas :)

    Linda poesía, sin vencedores ni vencidos.

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